Me voy a devolver: el camino de regreso a Dios


Por Albany Tudares.

Es posible que te hayas preguntado en algún momento: ¿cómo podrías retroceder? La verdad es que la vida nos empuja siempre hacia adelante, mostrándonos un futuro optimista y alentador. Sin embargo, creo que en ocasiones es importante detenerse, reflexionar y no tener miedo de mirar atrás.

Volver y ser agradecido: valorando la importancia de regresar y dar gracias

Lucas 17:11-19 «Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!. Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y este era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?. ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?. Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado».

Este pasaje de la Biblia nos muestra la importancia de la gratitud y la fe en la vida cristiana. Porque cuando somos agradecidos, las bendiciones se multiplican. Jesús le dijo a este hombre, al ver que era el único con un corazón agradecido: “Vete, tu fe te ha salvado”. Además de su sanidad, Jesús declaró que también había obtenido la salvación, es decir, la vida eterna. 

¨Teniendo en cuenta lo anterior, no le damos a Jesús para que nos dé, le damos porque él ya dio todo por nosotros en la cruz¨. Siendo un acto de gratitud y amor hacia él, reconociendo su sacrificio y entrega por nuestra salvación.

Creo firmemente en la importancia de dedicar un tiempo para retroceder en nuestra vida diaria. Es crucial reflexionar sobre este concepto con detenimiento. Como personas agradecidas, es fundamental comenzar cada día expresando gratitud a Dios antes de disfrutar de cualquier cosa, ya sea nuestra salud, finanzas, sueños o simplemente la vida en general.

Cuando hablo de retroceder, me refiero a tomarnos el tiempo necesario para expresar nuestra gratitud antes de seguir adelante. Tenemos la seguridad de que Jesús ya ha pagado el precio por todo, y solo debemos actuar en consecuencia para disfrutar de ello.

Por lo tanto, te invito a cultivar la gratitud de la siguiente manera:

1.- Antes de nada, al levantarte, agradecer a Dios por darte un nuevo día de vida. Salmos 92:1-2

2.- Antes de recibir tu salario, dar gracias por la posibilidad de ofrendar con alegría y por mantener tu empleo. Salmos 128:2

3.- Antes de acudir al médico, agradecer por la sanación porque por sus llagas fuimos ya sanados. Isaías 53:5

4.- Antes de enfrentar la negatividad del mundo, dar gracias en el nombre de Jesús y recordar que en él todo es posible. Filipenses 4:13

5.- Antes de que el sufrimiento llegue a ti, acudir a Dios para encontrar descanso en su presencia. Mateo 11:28

Todo, absolutamente todo, Jesús pagó el precio para nuestro disfrute. No hay nada que nosotros hoy podamos alcanzar que él ayer no haya hecho por nosotros.

Tal vez, si hoy Dios responde cualquiera que sea tu clamor sin entender esto, habríamos podido recibir y daríamos la espalda como aquellos nueve que fueron sanos y no volvieron a él.

Multiplicando bendiciones: el favor de Dios

¿Qué deseas que Jesús multiplique en tu vida hoy? ¡Agradece por todo lo que ya has recibido!

Cuando entendemos lo importante que es la gratitud, nos convertimos en cristianos que siguen avanzando. Por ello, es esencial retroceder para poder avanzar y agradecer al dador de todas las cosas. Debemos acudir al Padre en todas las circunstancias y estar agradecidos por todo lo que recibimos de Él.

Al poner a Dios en primer lugar en nuestras vidas, nunca llegaremos tarde a nuestro destino. Debemos caminar y comunicarnos con Él en agradecimiento por cada detalle de nuestras vidas, creyendo que Él está en control y siempre actúa a nuestro favor. No importa cuál sea tu necesidad o clamor, recuerda que ¡Dios Aparece!

No te conformes con el milagro, sé agradecido y provoca la multiplicación de sus bendiciones.

No debemos dar a Dios esperando recibir algo a cambio, sino dar porque sabemos que Él ya nos ha dado acceso a todo a través de la cruz. Agradezcamos por todo lo que hemos recibido y confiemos en que Él nos seguirá bendiciendo abundantemente. 

Recuerda antes de avanzar, detente agradece y continua. ¡Dios Aparece y multiplica!